Ahora lo haces bien
mantente soberbio
erguido, alto, inconquistable
lejos de saciarme.
Delicioso pecado mío
le das vida a mis días,
nunca aprendí a querer
pero me recuerdas a mí.
Qué hago yo bebiéndote,
eres todo lo que no debo
pero tu mueves
lo que me queda vivo.
Sigue tentando mi ego
extrañaba este desorden,
vas a ser parte de mis muros
aunque me ardas en el vientre.
viernes, 23 de enero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)