martes, 28 de abril de 2009

Rascándote las patas

Desde mi oficina
con la persiana cerrada
yo soy la que paga
y la que mama.
La compensación que la vida eligió
para tu vagancia y tu desgana
yo soy tu buena suerte.
La heroína ilusa
que se cree independiente
aunque dependa de todo
lo a la billetera diferente.
La que tubo que madurar antes
para que tú sigas bailando,
la que trata de irse
y regresa llorando.
Tu padre tierno
dice que soy una gran mujer,
tu madre: cómo no me vas a querer!?
y tú, que soy difícil de entender.
Ojalá y un día me alcance
más que pa ponerme los calzones,
y me decida a exigir como piden los varones:
Que si flaca, que si dulce,
deportista y literata,
licenciada pero puta,
y tú rascándote las patas!
Yo hago malabares con el cheque
y tú cambias los canales
tú tomándote tu tiempo
y yo cumpliendo dos anuales.

Dice Jesús que me preocupo por mucho
y que realmente importa poco...

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