Vayamos domesticando al corazón
que no se salgan locos los suspiros
entristeciéndome a su antojo
en la mañana solitaria después de tu noche,
Irnos matando con cuidado la piel
verde y floreada pero sin gotas,
desearte si lo deseas
ignorarte las otras veintitrés horas,
que sea la trova la única forma de llorar
olvidar las notas que parecía que cantabas
atreverme a borrar ese sonar
que busco melancólica en las almohadas,
Pero se trata de sociedad y no de amor
y entonces de cada olvido tuyo que padezco
aprendo lo mismo que del el anterior.
martes, 16 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario